⁵ Ve y di a mi siervo David: «Así dice el Señor: “¿Eres tú el que me va a edificar una casa para morar en ella^(A)? ⁶ Pues no he morado en una casa desde el día en que saqué de Egipto a los hijos de Israel hasta hoy^(B), sino que he andado errante en una tienda, en un tabernáculo^[a](C). ⁷ Dondequiera que he ido con todos los hijos de Israel^(D), ¿hablé palabra a alguna de las tribus de Israel, a la cual haya ordenado que pastoreara a mi pueblo Israel^(E), diciendo: ‘¿Por qué no me habéis edificado una casa de cedro?’?”».

⁴ No confiéis en palabras engañosas^(A), diciendo: «Este es^[a] el templo del Señor, el templo del Señor, el templo del Señor».

²⁰ Nuestros padres adoraron^(A) en este monte^(B), y vosotros decís que en Jerusalén^(C) está el lugar donde se debe adorar.

²¹ Jesús le dijo*: Mujer, créeme; la hora viene^(A) cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre^(B).

⁴⁸ Sin embargo, el Altísimo^(A) no habita en casas hechas por manos de hombres; como dice el profeta: