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Cuando ordenó al hombre con ropa de lino que tomara el fuego que había debajo del carro (debajo de los querubines), este se puso junto a la rueda. Uno de los querubines alargó su mano hacia el fuego que había en medio de ellos, lo tomó y lo puso en las manos del hombre con ropa de lino. Este lo tomó y salió. Entonces apareció una especie de mano humana debajo de las alas de los querubines.

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