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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
Amós 1-3

Introducción

Amós, un criador de ovejas de la ciudad de Tecoa, dio estos mensajes. En la época en que Uzías era rey de Judá y que Jeroboán hijo de Joás era rey de Israel, dos años antes del terremoto, Amós tuvo unas visiones acerca de Israel.

Amós dijo:

«El SEÑOR ruge como un león desde Sion
    y su voz de trueno se escucha desde Jerusalén.
Los pastos verdes se secan y mueren.
    Incluso la cima del Carmelo se marchitará».

Castigo para Aram

Así dice el SEÑOR:

«No les perdonaré a los de Damasco
    tantos crímenes que han cometido,
hasta usaron sus trillos de hierro[a]
    para destruir a la gente de Galaad.
Por eso pondré fuego al palacio de Jazael[b],
    y las llamas destruirán todas las fortalezas de Ben Adad[c].
Abriré a la fuerza las puertas de Damasco
    y destruiré al que gobierna el valle de Avén[d]
    y al que tiene el cetro en Bet Edén[e].
Los de Aram serán desterrados a Quir[f]».
    Es lo que dice el SEÑOR.

Castigo para los filisteos

Así dice el SEÑOR:

«No les perdonaré a los de Gaza
    tantos crímenes que han cometido.
Ellos se llevaron prisioneros a todos los habitantes de una nación
    y los vendieron como esclavos en Edom.
Por eso pondré fuego a los muros de Gaza,
    y las llamas quemarán todas sus fortalezas.
Destruiré al que gobierna en Asdod
    y al que tiene el cetro en Ascalón.
Castigaré a todos los de Ecrón,[g]
    hasta que muera el último de los filisteos».
    Es lo que dice el Señor DIOS.

Castigo para Fenicia

Así dice el SEÑOR:

«No les perdonaré a los de Tiro
    tantos crímenes que han cometido.
Ellos se llevaron como esclava a toda una nación
    y la vendieron en Edom.
No respetaron el pacto de hermanos
    que habían hecho con esa nación.
10 Por eso pondré fuego a los muros de Tiro
    y las llamas quemarán todas sus fortalezas».

Castigo para los edomitas

11 Así dice el SEÑOR:

«No les perdonaré a los de Edom
    tantos crímenes que han cometido.
Ellos persiguieron con espadas a sus hermanos de Israel
    y no tuvieron compasión.
Estaban furiosos como animales salvajes
    y descargaron toda su ira contra los de Israel.
12 Por eso pondré fuego a la ciudad de Temán,
    y las llamas destrozarán las fortalezas de Bosra[h]».

Castigo para los amonitas

13 Así dice el SEÑOR:

«No les perdonaré a los amonitas[i]
    tantos crímenes que han cometido.
Ellos les cortaron el vientre a las mujeres embarazadas en Galaad
    para apoderarse del territorio y agrandar su país.
14 Prepararé un fuego para incendiar la ciudad de Rabá[j].
    El fuego devorará sus fortalezas y sus muros.
Entre gritos en el día de batalla,
    vendrá el desastre como una tormenta, como un torbellino.
15 Luego el rey será capturado junto con sus oficiales
    y serán expulsados de su tierra».
    Es lo que dice el SEÑOR.

Castigo para Moab

Así dice el SEÑOR:

«No les perdonaré a los de Moab
    tantos crímenes que han cometido.
Ellos quemaron los huesos del rey de Edom
    hasta convertirlos en cenizas.
Por eso pondré fuego en Moab,
    y las llamas destrozarán todas las fortalezas de Queriot[k].
Moab será destruida en medio de gritos de guerra
    y sonidos de trompetas.
Así que destruiré al gobernante de Moab
    y mataré a todos sus oficiales junto con él».
    Es lo que dice el SEÑOR.

Castigo para Judá

Así dice el SEÑOR:

«No les perdonaré a los de Judá
    tantos crímenes que han cometido.
Ellos se negaron a obedecer las enseñanzas del SEÑOR
    y no cumplieron sus mandamientos.
    Y creyeron en los mismos dioses falsos que sus antepasados.
Por eso pondré fuego en Judá,
    y las llamas destrozarán todas las fortalezas de Jerusalén».

Castigo para Israel

Así dice el SEÑOR:

«No les perdonaré a los de Israel
    tantos crímenes que han cometido.
Ellos vendieron como esclavos a gente honesta
    a cambio de un poco de dinero,
y vendieron al necesitado
    a cambio de un par de sandalias.
Ellos hundieron de cabeza en el barro a los oprimidos;
    y a los débiles los pisotearon.
El papá y el hijo tienen relaciones sexuales con la misma mujer,
    han profanado mi santo nombre.
Ellos les prestan a los pobres,
    pero les exigen hasta la ropa como garantía.
Ellos se sientan frente a cualquier altar
    con la ropa que les quitan a los pobres.
Obligan a la gente a pagar multas injustas
    y con ese dinero compran vino para beber en el templo de su dios.

»Yo destruí a los amorreos[l]
    que eran tan altos como cedros
    y tan fuertes como robles.
Destruí sus frutos arriba
    y sus raíces abajo.
10 Yo mismo los saqué a ustedes de Egipto
    y los guié durante 40 años por el desierto.
    Los ayudé a apropiarse de las tierras de los amorreos.
11 ¿Acaso, israelitas, no elegí a varios de entre ustedes para que fueran profetas
    y a otros para que fueran nazareos?
    Es lo que dice el SEÑOR.

12 »Pero ustedes obligaron a los nazareos a tomar vino
    y a los profetas les prohibieron profetizar.
13 Por eso ahora haré que se queden atascados
    como una carreta repleta de granos.
14 Ni siquiera el corredor más rápido podrá huir.
    Los fuertes no tendrán fuerza suficiente,
    y los soldados no podrán salvarse.
15 Los hombres que saben manejar el arco
    y la flecha no resistirán.
Los corredores rápidos no escaparán,
    y los que van a caballo tampoco se salvarán.
16 En ese momento hasta los soldados más valientes
    saldrán huyendo desnudos».
    Es lo que dice el SEÑOR.

Advertencia a Israel

Israelitas, escuchen este mensaje del SEÑOR contra ustedes, la familia entera que sacó de Egipto:

«En la tierra existen muchas familias,
    pero sólo a ustedes los elegí para ser mi familia.
Por eso tendré que castigarlos
    por todas sus maldades».

Causas del castigo contra Israel

Si dos andan juntos,
    ¿no es porque se han puesto de acuerdo?
Si un león ruge en la selva,
    ¿no es porque tiene en frente una presa?
Si un cachorro ruge en su caverna,
    ¿no es porque ha atrapado algo?
Si un ave cae en una trampa en el suelo,
    ¿no es porque le han puesto una carnada?
La trampa sólo se cierra
    cuando atrapa al ave.
Si se toca la trompeta en una ciudad,
    ¿no es para alertar a la gente?
Si ocurre un desastre en la ciudad,
    ¿no es porque el SEÑOR lo ha mandado?

Así mismo el Señor DIOS nunca hace algo
    sin antes anunciarlo a sus siervos los profetas.

Si el león ha rugido,
    ¿no se asusta la gente?
Si el Señor DIOS ha hablado,
    ¿quién no profetizará?

Vayan a las fortalezas de Asdod[m]
    y también a las de Egipto,
    y anuncien el siguiente mensaje:
«Reúnanse en los montes de Samaria.
    Allá verán que el pueblo es oprimido
    y todos los abusos que la gente sufre».
10 El SEÑOR dice: «No saben hacer el bien;
    hieren, roban a la gente
    y esconden sus tesoros en las torres de las fortalezas».
11 Por eso el Señor DIOS dice:
«Un enemigo vendrá y sitiará el país;
    dejará a todos sin fuerza, los derrotará
    y por último saqueará sus fortalezas».

12 El SEÑOR dice:
«Si un león ataca a un cordero,
    el pastor tratará de salvar al cordero,
    pero sólo rescatará algunas partes.
Tal vez lo único que el pastor logre salvar
    de la boca del león será una oreja o una pata.
De la misma forma, la mayoría de los hijos de Israel no podrá salvarse.
    Los de Samaria sólo conseguirán salvar
    un pedazo de cama o un trozo de tela del sofá».

13 El Señor DIOS Todopoderoso dice esto: «Escuchen, adviértanle a la familia de Jacob:

14 »Israel ha pecado y por eso lo castigaré.
    Destruiré los altares de Betel[n].
Los cuernos del altar[o] se romperán
    y caerán al suelo.
15 Destruiré todas las viviendas
    y las casas campestres de los ricos.
Todas las construcciones decoradas con marfil serán destruidas;
    las mansiones dejarán de existir».
    Es lo que dice el SEÑOR.

Apocalipsis 6

El Cordero abre el rollo

Cuando el Cordero rompió el primer sello, oí a una de las cuatro criaturas que decía con voz de trueno: «¡Ven!»[a] Entonces vi que delante de mí había un caballo blanco. Su jinete tenía un arco; recibió una corona y salió con ánimo triunfante para vencer una vez más.

Cuando el Cordero rompió el segundo sello, oí que la segunda criatura decía: «¡Ven!» Entonces salió otro caballo rojo como el fuego. Su jinete había recibido el poder de quitar la paz de la tierra y hacer que la gente se matara entre sí, y para ello se le dio una gran espada.

Cuando el Cordero rompió el tercer sello, oí a la tercera criatura que decía: «¡Ven!» Entonces vi delante de mí a un caballo negro y a su jinete con una balanza en la mano. Y escuché algo como una voz que salía de entre las cuatro criaturas y decía: «Un kilo[b] de trigo, o 3 kilos[c] de cebada, por el salario de un día, pero que no haya escasez ni de aceite ni de vino».

Cuando el Cordero rompió el cuarto sello, oí la voz de la cuarta criatura que decía: «¡Ven!» Entonces miré y delante de mí había un caballo amarillento. Su jinete se llamaba Muerte[d], y el Hades lo seguía muy de cerca. A ellos se les dio el poder sobre la cuarta parte del mundo para matar a la gente por medio de la guerra[e], del hambre, de las enfermedades y de los animales salvajes.

Cuando el Cordero rompió el quinto sello, miré debajo del altar y vi las almas de quienes habían sido asesinados por ser fieles al mensaje de Dios y al testimonio que habían recibido. 10 Gritaban muy fuerte: «Señor santo y verdadero, ¿cuándo vas a juzgar a los habitantes de la tierra y a castigarlos por habernos asesinado?» 11 Cada uno recibió una vestidura blanca y se les dijo que esperaran un poco más porque aun había algunos hermanos y siervos de Cristo que debían ser asesinados como habían sido asesinados ellos.

12 Cuando el Cordero rompió el sexto sello, miré y hubo un gran terremoto. El sol se oscureció como si estuviera de luto y la luna se puso toda roja como la sangre. 13 Las estrellas del cielo cayeron a la tierra, como los higos verdes caen de la higuera cuando soplan fuertes vientos. 14 El cielo desapareció como un pergamino que se enrolla y todas las montañas e islas se movieron de su lugar.

15 La gente se escondió en cuevas y detrás de las rocas de las montañas. Todos se escondieron: reyes, gobernantes, generales; ricos y poderosos, esclavos y libres. 16 Todos les decían a las montañas y a las rocas: «Caigan sobre nosotros y escóndannos del que está sentado en el trono y de la ira del Cordero. 17 El gran día de su ira ha llegado y nadie podrá sobrevivir».

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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