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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Reina Valera Contemporánea (RVC)
Version
2 Crónicas 7-9

Cuando Salomón terminó de orar, de los cielos descendió fuego y consumió el holocausto y las víctimas,(A) y la gloria del Señor llenó el templo. Los sacerdotes no podían entrar en el templo del Señor, porque su gloria había llenado el templo. Y cuando todos los israelitas vieron descender sobre el templo el fuego y la gloria del Señor, se postraron rostro a tierra en el suelo, y adoraron y alabaron al Señor. Decían:

«¡Ciertamente, el Señor es bueno, y su misericordia es eterna!»(B)

El rey Salomón y todo el pueblo sacrificaron víctimas delante del Señor. El rey ofreció en sacrificio veintidós mil bueyes y ciento veinte mil ovejas, y así el rey y todo el pueblo dedicaron el templo de Dios. Los sacerdotes y los levitas desempeñaban su ministerio con los instrumentos musicales que el rey David había hecho para alabar al Señor, y que tocaba cuando alababa con ellos al Señor, porque su misericordia es eterna. También los sacerdotes tocaban trompetas delante de ellos, mientras todo Israel estaba de pie.

Salomón consagró también la parte central del atrio que estaba delante del templo del Señor, porque allí había ofrecido los holocaustos y la grasa de las ofrendas de paz, pues en el altar de bronce que Salomón había hecho no cabían los holocaustos, ni las ofrendas ni las grasas.

Durante siete días Salomón hizo fiesta, y con él todo Israel. La congregación era tan grande que iba desde la entrada de Jamat hasta el arroyo de Egipto. Al octavo día celebraron una asamblea solemne, pues durante siete días habían celebrado la dedicación del altar, y durante siete días más habían celebrado la fiesta solemne. 10 El día veintitrés del mes séptimo Salomón envió al pueblo a sus hogares. Iban con el corazón alegre y gozoso por los beneficios que el Señor había hecho a David y a Salomón, y a su pueblo Israel.

Pacto de Dios con Salomón(C)

11 Salomón terminó de construir el templo del Señor y el palacio real, y todo lo que se propuso hacer en el templo del Señor y en su propia casa resultó un éxito. 12 Entonces, una noche el Señor se le apareció a Salomón y le dijo:

«He escuchado tu oración, y he elegido este templo como el lugar en que se ofrecerán sacrificios. 13 Si yo llego a cerrar los cielos para que no haya lluvia, y si mando a la langosta a consumir la tierra, o si envío peste contra mi pueblo, 14 si mi pueblo, sobre el cual se invoca mi nombre, se humilla y ora, y busca mi rostro, y se aparta de sus malos caminos, yo lo escucharé desde los cielos, perdonaré sus pecados y sanaré su tierra.

15 »Mis ojos van a estar abiertos, y mis oídos van a estar atentos a la oración que se haga en este lugar. 16 Yo he elegido y santificado esta casa, para que en ella esté mi nombre siempre. Mis ojos y mi corazón estarán aquí siempre. 17 Y si tú te conduces delante de mí como se condujo David, tu padre, y si haces todo lo que yo te he mandado hacer, y cumples con mis estatutos y mis decretos, 18 yo afirmaré el trono de tu reino, como lo acordé con David, tu padre, cuando le dije: “Nunca te faltará un descendiente tuyo que gobierne en Israel.”(D)

19 »Pero si ustedes se apartan de los estatutos y mandamientos que les he propuesto, y los abandonan por ir y adorar a dioses ajenos, 20 yo los arrancaré de la tierra que les he entregado; y este templo, que he consagrado a la honra de mi nombre, lo arrojaré de mi presencia y haré de él la burla y el escarnio de todos los pueblos. 21 Esta casa, ahora tan excelsa, horrorizará a todo el que pase por ella. Y se dirá: “¿Por qué ha tratado así el Señor a esta tierra y a este templo?” 22 Y se responderá: “Porque dejaron al Señor, al Dios de sus padres, que los sacó de Egipto, y se han entregado a dioses ajenos, para adorarlos y servirles. ¡Por eso el Señor les ha traído todo este mal.”»

Otras actividades de Salomón(E)

Salomón dedicó veinte años a construir el templo del Señor y su propio palacio, después de lo cual reedificó las ciudades que Jirán le había dado y estableció en ellas a los israelitas. Además, Salomón se dirigió a Jamat de Soba y la conquistó, y edificó en Jamat todas las ciudades de aprovisionamiento; en el desierto edificó a Tadmor, y reedificó las ciudades fortificadas de Bet Jorón la de arriba y Bet Jorón la de abajo, con sus murallas, puertas y cerrojos, y Baalat y todas las ciudades de aprovisionamiento que allí tenía, y también todas las ciudades donde guardaba los carros de guerra y su gente de a caballo, más todo lo que quiso edificar en Jerusalén, en el Líbano, y en todos sus dominios. A todos los sobrevivientes hititas, amorreos, ferezeos, jivitas y jebuseos, es decir, a todos los que no eran israelitas y que se habían quedado en la tierra de sus antepasados porque los israelitas no pudieron aniquilarlos, Salomón los hizo sus tributarios, y hasta el día de hoy lo son. Pero a los israelitas no los hizo trabajar en sus obras porque eran hombres de guerra, oficiales, capitanes, comandantes de sus carros de guerra, y gente de caballería. 10 Para controlar a esa gente, Salomón contaba con la ayuda de doscientos cincuenta gobernadores principales.

11 A la hija del faraón, Salomón la llevó de la ciudad de David a la casa que edificó para ella, pues dijo: «Mi mujer no va a vivir en el palacio de David, el rey de Israel. Las habitaciones donde el arca del Señor ha estado son sagradas.»

12 Salomón ofreció holocaustos al Señor sobre el altar del Señor que había edificado frente al pórtico, 13 para ofrecer allí las ofrendas correspondientes a cada día, conforme al mandamiento de Moisés: en los días de reposo,(F) en las lunas nuevas(G) y en las tres fiestas solemnes de cada año,(H) es decir, en la fiesta de los panes sin levadura, en la fiesta de las semanas y en la fiesta de los tabernáculos.

14 Salomón estableció los turnos de los sacerdotes en sus oficios, de los levitas en sus cargos, y de los porteros en la puerta que les correspondía, cada uno en su turno diario, para que alabaran y ministraran delante de los sacerdotes, conforme a lo ordenado por David, ese hombre de Dios que era su padre, porque así él había mandado que se hiciera. 15 Las órdenes del rey en cuanto a los sacerdotes y los levitas, y los tesoros y todo otro asunto, se cumplieron al pie de la letra, 16 pues todos los trabajos de Salomón estaban preparados desde que se pusieron los cimientos del templo del Señor hasta que el templo quedó totalmente construido.

17 Después Salomón fue a Ezión Guéber y a Elat, es decir, a la costa del mar en territorio de Edom, 18 pues por medio de sus siervos Jirán le había enviado naves y marineros expertos en alta mar. Éstos fueron a Ofir con los siervos de Salomón, y de allí tomaron unos quince mil kilos de oro, mismos que le entregaron al rey Salomón.

La reina de Sabá visita a Salomón(I)

Cuando la reina de Sabá(J) supo de la fama de Salomón, llegó a Jerusalén para ponerlo a prueba y hacerle preguntas difíciles. Llegó con un séquito muy grande. Traía camellos cargados de especias aromáticas, oro en abundancia, y piedras preciosas. Cuando se presentó ante Salomón, le habló con el corazón en la mano, y Salomón dio respuesta a todas sus preguntas. No hubo nada que Salomón no le respondiera. Y al ver la reina de Sabá la sabiduría de Salomón, el palacio que había construido, las viandas de su mesa, las habitaciones de sus oficiales, y el estado y vestidos de sus criados y maestresalas, y la escalinata por la que subía al templo del Señor, se quedó asombrada. Entonces le dijo:

«Todo lo que llegué a saber en mi país acerca de tus hechos y de tu sabiduría, es verdad. Yo no podía creer lo que me contaban, hasta que vine y lo vi con mis propios ojos. Y lo cierto es que ni siquiera me habían dicho la mitad de tu gran sabiduría. ¡Tu fama excede a todo lo que yo había oído! ¡Qué dichosos son tus hombres, y tus siervos que están siempre en tu presencia y oyen tu sabiduría! ¡Bendito sea el Señor tu Dios, que se ha agradado de ti y te ha puesto en el trono, como rey del Señor tu Dios! ¡Tanto ama tu Dios a Israel, que lo ha afirmarlo para siempre, y por eso te ha puesto como rey de ellos, para que impartas justicia y actúes con rectitud!»

Dicho esto, le dio al rey tres mil novecientos sesenta kilos de oro y gran cantidad de especias aromáticas, y piedras preciosas. Nunca más hubo especias aromáticas como las que la reina de Sabá le obsequió al rey Salomón.

10 Por su parte, los siervos de Jirán y los siervos de Salomón, que habían traído el oro de Ofir, trajeron también madera de sándalo y piedras preciosas. 11 Con la madera de sándalo el rey hizo escalinatas para el templo del Señor y para los palacios reales, y también arpas y salterios para los cantores. Nunca antes se había visto en la tierra de Judá madera semejante.

12 El rey Salomón le dio a la reina de Sabá todo lo que ella quiso y le pidió, que fue más de lo que ella le había traído. Después de eso, ella volvió a su país acompañada de sus siervos.

Riquezas y fama de Salomón(K)

13 El peso del oro que Salomón recibía cada año llegaba a veintidós mil kilos, 14 sin contar lo que le entregaban los mercaderes y negociantes. También todos los reyes de Arabia y los gobernadores del país entregaban oro y plata a Salomón. 15 Con ello el rey Salomón hizo doscientos escudos de oro batido, cada uno de los cuales pesaba seis kilos, 16 y trescientos escudos más pequeños, de oro batido, cada uno de los cuales pesaba tres kilos. Estos escudos los puso el rey en el palacio del bosque del Líbano.

17 El rey hizo también un trono de marfil de gran tamaño, y lo recubrió de oro puro. 18 El trono tenía seis escalones, con un estrado de oro fijado al trono, brazos a uno y otro lado del asiento, y dos leones junto a los brazos; 19 además, a uno y otro lado de los seis escalones había doce leones. Jamás en reino alguno fue hecho un trono semejante.

20 Toda la vajilla del rey Salomón, y toda la vajilla del palacio del bosque del Líbano, eran de oro puro. Y es que en los días de Salomón la plata no era muy apreciada, 21 porque la flota del rey navegaba a Tarsis con los siervos de Jirán, y cada tres años las naves volvían de Tarsis trayendo oro, plata, marfil, monos y pavos reales.

22 La riqueza y la sabiduría del rey Salomón excedía a la de todos los reyes de la tierra. 23 No había rey que no procurara entrevistarse con Salomón para escuchar la sabiduría que Dios le había dado, 24 y todos los años llegaban con regalos, alhajas de plata y de oro, vestidos, armas, perfumes, caballos y mulos.

25 Salomón tenía también cuatro mil caballerizas para sus caballos y carros de guerra, y doce mil jinetes,(L) los cuales estaban en las ciudades de los carros, y en Jerusalén, con el rey, 26 que ejercía su dominio sobre todos los reyes, desde el Éufrates hasta el país de los filisteos, y hasta la frontera de Egipto.(M) 27 Salomón acumuló plata en Jerusalén como si acumulara piedras,(N) y la madera de cedro abundaba como los cabrahigos de la llanura. 28 Además, de Egipto(O) y de otros países le traían también caballos.

Muerte de Salomón(P)

29 Los demás hechos de Salomón, primeros y últimos, están todos escritos en los libros del profeta Natán, en la profecía de Ajías el silonita, y en la profecía del vidente Iddo contra Jeroboán hijo de Nabat. 30 Durante cuarenta años Salomón reinó en Jerusalén sobre todo Israel. 31 Cuando finalmente descansó entre sus antepasados, lo sepultaron en la ciudad de David, su padre, y en su lugar reinó Roboán, su hijo.

Juan 11:1-29

Muerte de Lázaro

11 Había un hombre enfermo, que se llamaba Lázaro y era de Betania, la aldea de María y de Marta, sus hermanas.(A) (María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor con perfume, y quien le enjugó los pies con sus cabellos.(B)) Las hermanas mandaron a decir a Jesús: «Señor, el que amas está enfermo.» Cuando Jesús lo oyó, dijo: «Esta enfermedad no es de muerte, sino que es para la gloria de Dios y para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.»

Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro. Y cuando Jesús se enteró de que estaba enfermo, se quedó dos días más en el lugar donde estaba. Luego les dijo a los discípulos: «Vamos otra vez a Judea.» Los discípulos le dijeron: «Rabí, hace poco los judíos intentaron apedrearte, ¿y de nuevo vas allá?» Jesús respondió: «¿Acaso no tiene el día doce horas? El que anda de día no tropieza, porque ve la luz de este mundo; 10 pero el que anda de noche tropieza, porque no hay luz en él.» 11 Dicho esto, agregó: «Nuestro amigo Lázaro duerme, pero voy para despertarlo.» 12 Entonces, sus discípulos dijeron: «Señor, si duerme, sanará.» 13 Pero Jesús decía esto de la muerte de Lázaro, aunque ellos pensaron que hablaba del reposo del sueño. 14 Entonces Jesús les dijo abiertamente: «Lázaro ha muerto; 15 y me alegro por ustedes de no haber estado allí, para que crean. Vayamos a verlo.» 16 Tomás, a quien llamaban Dídimo, dijo a sus condiscípulos: «Vamos también nosotros, para que muramos con él.»

Jesús, la resurrección y la vida

17 Cuando Jesús llegó, se encontró con que hacía ya cuatro días que Lázaro estaba en el sepulcro. 18 Betania estaba cerca de Jerusalén, como a quince estadios; 19 y muchos de los judíos se habían acercado a Marta y a María, para consolarlas por su hermano. 20 Cuando Marta oyó que Jesús venía, salió a su encuentro; pero María se quedó en casa. 21 Y Marta le dijo a Jesús: «Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. 22 Pero también sé ahora que todo lo que le pidas a Dios, Dios te lo concederá.» 23 Jesús le dijo: «Tu hermano resucitará.» 24 Marta le dijo: «Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día final.» 25 Jesús le dijo: «Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. 26 Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?» 27 Le dijo: «Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.»

Jesús llora ante la tumba de Lázaro

28 Dicho esto, Marta fue y llamó a María, su hermana, y en secreto le dijo: «El Maestro está aquí, y te llama.» 29 Al oír esto, ella se levantó de prisa y fue a su encuentro.

Reina Valera Contemporánea (RVC)

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