Old/New Testament
Nacimiento del Príncipe de Paz
9 Sin embargo, no habrá más tinieblas para los que sufrieron tal angustia.
Así como en el pasado, las tierras de Zabulón y Neftalí sufrieron gran humillación, en el futuro recibirán gran honor. Galilea, tierra de gente extranjera, por el camino del mar, al otro lado del Jordán.
2 La gente que caminaba en la oscuridad
ha visto una gran luz.
Ha brillado una luz
para los que vivían en una tierra oscura.
3 Tú has hecho crecer nuestra nación,
has aumentado la alegría del pueblo.
Ellos muestran su alegría ante ti,
como cuando recogen la cosecha,
como cuando se reparten el botín.
4 Es porque tú has roto el yugo que los tenía cautivos,
la barra sobre sus hombros
y la vara del opresor.
Hiciste como en la época
en que derrotaste a Madián.[a]
5 Toda bota militar que marchaba para la batalla,
y todo uniforme empapado de sangre,
será devorado por las llamas.
6 Porque nos ha nacido un niño,
se nos ha dado un hijo.
Sobre sus hombros descansa la autoridad
y se le han puesto estos nombres:
Hacedor de grandes planes,
Dios invencible, Padre eterno,
Príncipe que trae la paz.
7 La grandeza de su autoridad y paz
no tendrá fin.
Reinará en el trono
y en el reino de David.
Lo establecerá y sostendrá
con la justicia y el derecho
desde ahora y para siempre.
Todo esto será posible,
debido al amor intenso del SEÑOR Todopoderoso.
Castigo para Israel
8 El Señor mandó un mensaje contra Jacob
y le cayó a Israel.
9 El pueblo lo supo,
los de Efraín y el que reinaba en Samaria,
esos que con tanta arrogancia dicen:
10 «Si se caen los ladrillos,
reconstruiremos con piedras talladas.
Si cortan las vigas de higuera,
las reemplazaremos con vigas de cedro».
11 El SEÑOR ya tiene listos a los opresores de Rezín
e incitará a sus enemigos.
12 Siria por el oriente y los filisteos por el occidente,
los que se tragaron a Israel de un solo bocado.
Pero ni aun así se calma su ira,
su mano sigue levantada.
13 Sin embargo, el pueblo no se volvió al que lo castigó;
no buscaron al SEÑOR Todopoderoso.
14 Entonces el SEÑOR le cortará a Israel
la cabeza y la cola, la palma y los juncos en un mismo día.
15 Los ancianos líderes y la gente importante son la cabeza.
Los profetas, maestros de mentira, son la cola.
16 Los dirigentes del pueblo lo extraviaban,
confundían a sus seguidores.
17 Debido a todo esto el Señor no perdonará[b] a los jóvenes,
ni tendrá compasión de los huérfanos ni de las viudas.
Al pueblo entero le falta temor de Dios y son perversos;
se la pasan hablando tonterías.
Pero ni aun así se calma la ira del Señor,
su mano sigue levantada.
18 Ciertamente la maldad arde como un fuego,
consume matorrales y espinos.
Incendia los árboles del bosque
y los lanza en un torbellino de humo.
19 La ira del SEÑOR Todopoderoso
hará incendiar el país.
La gente servirá como combustible,
ninguno se apiadará del otro.
20 La gente comerá de un lado
y seguirá con hambre;
comerá del otro y no quedará satisfecha.
¡Se devorará hasta a sus propios hijos!
21 Manasés acabó con Efraín,
Efraín con Manasés,
y los dos se volvieron contra Judá.
Pero ni aun así se calma la ira del Señor,
su mano sigue levantada.
Injusticia de los dirigentes
10 Pobre de aquellos que dictan leyes injustas
y emiten decretos para oprimir al pueblo.
2 No dejan que la justicia alcance a los pobres
y violan los derechos de los necesitados de entre mi pueblo.
Estafan a las viudas
y saquean a los huérfanos.
3 ¿Qué harán ustedes el día del castigo
y cuando llegue de lejos el desastre?
¿A quién van a acudir por ayuda
y en dónde van a dejar su riqueza?
4 No podrán más que humillarse entre los prisioneros
o morir en la masacre.
Pero ni aun así se calma la ira del SEÑOR,
su mano sigue levantada.
Asiria, instrumento de castigo de Dios
5 «Pobre de Asiria, la vara con que yo castigo;
la uso para castigar a los que me han hecho enojar.
6 Yo la envío contra una nación que no tiene temor de Dios.
Le he ordenado hacerle la guerra a un pueblo que me ha hecho enojar,
para que saqueen su riqueza
y lo pisoteen como barro en las calles.
7 Pero Asiria ni se imagina esto
ni lo ha planeado.
Todo lo que quiere es destruir
y exterminar a muchas naciones.
8 Porque Asiria dirá:
“¿No son mis subalternos todos los reyes?
9 ¿No es Calnó como Carquemis?
¿No es Jamat como Arfad[c]?
¿No es Samaria como Damasco?
10 Así como me apoderé de los reinos
con sus ídolos e imágenes superiores a las de Jerusalén y Samaria,
11 ¿no voy a ser capaz de hacer con Jerusalén y sus estatuas
lo mismo que hice con Samaria y sus ídolos?”»
12 Cuando el SEÑOR haya llevado a cabo lo que se propuso hacer contra el monte Sion y Jerusalén, él castigará luego la presunción y la arrogancia del rey de Asiria y el orgullo de su mirada. 13 Porque ese rey dice:
«Yo he hecho esto porque soy poderoso,
sabio e inteligente.
He acabado con las fronteras de los pueblos
y he saqueado sus riquezas.
Como un toro[d] he embestido
contra sus habitantes[e].
14 Como el que mete la mano en un nido abandonado,
me he apoderado de toda la tierra.
No hubo ni siquiera quién diera un aleteo
o abriera el pico y chillara».
15 ¿Puede el hacha pretender ser mejor que el leñador?
¿Y la sierra más importante que el aserrador?
¡Como si el bastón pudiera controlar al que lo levanta
o la vara al que es más pesado que la madera!
16 Por eso el Soberano SEÑOR Todopoderoso
va a mandarles una plaga a sus imponentes guerreros.
En vez de darles honra,
les va a mandar fuego consumidor como de llama ardiente.
17 La luz de Israel se convertirá en fuego
y su Santo Dios en llama.
En un solo día, él consumirá y acabará
con todos sus matorrales y espinos.
18 La gloria de su bosque y de su jardín
serán completamente destruidas.
Quedará como un enfermo
consumido por la enfermedad.
19 Serán tan pocos los árboles que quedarán en pie,
que hasta un niñito podrá contarlos.
20 Ese día, los pocos que quedaron de Israel
y los sobrevivientes de la familia de Jacob
no confiarán ya más en el que los abatió,
sino que confiarán completamente en el SEÑOR, el Santo Dios de Israel.
21 Los que queden regresarán al Dios Todopoderoso,
los pocos que quedaron de la familia de Jacob.
22 Porque aunque seas tan numeroso como la arena del mar,
sólo unos pocos regresarán.
Dios ha determinado que el país sea destruido,
se hará justicia de una manera abrumadora.
23 Porque el Señor DIOS Todopoderoso
trae destrucción total sobre todo el país,
tal como lo ha decidido.
24 Así que el Señor DIOS Todopoderoso dice esto:
«Pueblo mío que vives en Sion,
no le temas a Asiria.
Puede que ella te golpee con su vara
y alce su bastón contra ti
como hizo con los egipcios,
25 pero ya pronto se terminará
mi furia y mi castigo contra ti,
y en mi ira los destruiré a ellos».
26 El SEÑOR Todopoderoso la castigará
como cuando derrotó a Madián en la roca de Oreb.[f]
Dios extenderá su bastón sobre el mar
y lo usará como hizo contra Egipto.
27 Ese día se te quitará la carga que llevas en los hombros,
y el yugo que te pusieron en el cuello será destruido.
Avance del enemigo
Sale el invasor de Rimón,[g]
28 el enemigo ha llegado a Ayat,
ha pasado por Migrón
y guarda en Micmás sus suministros.
29 Ha cruzado el vado y dice:
«Acampemos en Gueba».
Ramá se atemoriza al igual que Guibeá,[h]
de donde Saúl salió huyendo.
30 ¡Da gritos Bat Galín!
¡Óyelos, Lais!
¡Responde, Anatot!
31 Madmena se bate en retirada,
los de Guebín buscan escondedero.
32 El enemigo se detendrá en Nob,
extenderá amenazante el puño
hacia el monte Sion,
la colina de Jerusalén.
33 ¡Ojo! El Soberano SEÑOR Todopoderoso
violentamente desgaja las ramas.
Los árboles más altos son cortados
y los más elevados son derribados.
34 Corta con un hacha lo más denso del bosque
y derriba el esplendoroso bosque del Líbano.
Misión de Pablo a los no judíos
3 Así que yo, Pablo, soy prisionero de Jesucristo para bien de ustedes que no son judíos. 2 Seguramente habrán oído del trabajo que Dios, en su generoso amor, me ha dado para ayudarles a ustedes. 3 Por revelación, él me dio a conocer su plan secreto, como antes les escribí brevemente. 4 Si ustedes leen lo que escribí, podrán captar cómo entiendo el plan secreto que se ha dado a conocer con Cristo. 5 En otras generaciones ese plan secreto no se dio a conocer a la gente, pero ahora Dios, por medio del Espíritu, lo ha revelado a los santos apóstoles y profetas. 6 Este es el plan secreto: los que no son judíos recibirán lo mismo que Dios les ha prometido a los judíos. Los judíos y los que no son judíos son miembros del mismo cuerpo y participan juntos de la promesa que Dios hizo en Jesucristo. Los que no son judíos reciben todo esto por medio de la buena noticia de salvación.
7 Por el generoso amor de Dios quien quiso actuar en mí con poder, recibí el don de ser un siervo dedicado a anunciar la buena noticia de salvación. 8 Aunque soy el menos importante del pueblo de Dios, él me concedió el privilegio de anunciar a los que no son judíos la buena noticia de las infinitas riquezas de Cristo. 9 Dios me encargó el trabajo de sacar a la luz su plan secreto, pues él, Creador de todo lo que existe, tenía oculto su plan desde el principio. 10 Esto sucedió para que todas las autoridades y poderes en el cielo conocieran por medio de la iglesia la sabiduría de Dios en todas sus formas. 11 Esto está de acuerdo con el plan eterno que Dios cumple en Nuestro Señor Jesucristo. 12 Por nuestra fe en Cristo[a] tenemos la libertad de presentarnos ante Dios con plena confianza para hablar con él. 13 Por eso les ruego que no se desanimen por los sufrimientos que soporto por ustedes; al contrario, mis sufrimientos deben ser un honor para ustedes.
El amor de Cristo
14 Por eso me arrodillo para orar ante el Padre, 15 de quien toda familia en el cielo y en la tierra recibe su verdadero nombre. 16 A él le pido que en su infinita grandeza les conceda a ustedes fortaleza interior a través del Espíritu. 17 Pido al Padre que Cristo viva en ustedes por la fe y que su amor sea la raíz y el cimiento de su vida. 18 Así podrán comprender con todo el pueblo santo de Dios cuán ancho y largo, cuán alto y profundo, es su amor. 19 El amor de Cristo es tan grande que supera todo conocimiento. Pero a pesar de eso, pido a Dios que lo puedan conocer, de manera que se llenen completamente de todo lo que Dios es.
20 Por el poder de Dios que obra en nosotros, él puede hacer mucho más de lo que jamás podríamos pedir o imaginar. 21 ¡Gloria a Dios en la iglesia y en Jesucristo por todas las generaciones para siempre! Así sea.
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