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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
Salmos 1-3

Libro 1

(Salmos 1-41)

Justos y pecadores

Afortunado el que no sigue el consejo de los perversos,
    ni el ejemplo de los pecadores,
    ni se une con los que andan burlándose de todo.
Al contrario, le gusta la enseñanza del SEÑOR
    y la estudia día y noche.
Será tan fuerte como un árbol plantado
    junto a corrientes de agua fresca,
que da su fruto en el momento adecuado
    y al que nunca se le caen las hojas.
    Le irá bien en todo lo que haga.

En cambio, pasa distinto con los perversos.
    Ellos son como paja que el viento se lleva lejos.
Por eso, los perversos siempre serán declarados culpables,
    y los pecadores no podrán sentarse al lado de los justos.[a]
El SEÑOR sabe guiar por buen camino a los justos,
    pero los perversos se desvían y se pierden.

El Señor y su elegido

¿Por qué se rebelan las naciones?
    ¿Por qué los pueblos hacen planes inútiles?
Los reyes y gobernantes se han unido
    en contra del SEÑOR y del rey que él eligió.
Y dicen: «¡Cortemos las ligaduras que nos imponen
    y liberémonos de sus ataduras!»

Pero el que está en el cielo se ríe;
    el Señor se burlará de ellos.
Luego, les habla enojado
    y en su furor los aterroriza, diciéndoles:
«Yo he consagrado a mi rey en Sion,
    mi monte santo».

Y el rey elegido dice:
    Déjenme explicarles el decreto del SEÑOR.
Él me dijo: «Tú eres mi hijo.
    ¡Hoy me he convertido en tu padre![b]
Sólo tienes que pedirlo,
    y te daré por herencia las naciones.
    El mundo entero será de tu propiedad.
Tú las golpearás con cetro de hierro
    y las harás pedazos como ollas de barro».

10 Así que les digo a ustedes, reyes y líderes de la tierra,
    despierten y escuchen mi consejo.
11 ¡Obedezcan al SEÑOR con temor y respeto!
    Adórenlo con fervor.
12 Demuestren que son leales a su hijo[c] para que no tenga motivos de enojo.
    Si no lo hacen, estarán perdidos.
Cambien pronto de actitud
    y evitarán así su cólera.

Afortunados todos los que buscan protección de Dios.

El Señor ayuda

Canción de David cuando se escapó de su hijo Absalón.

¡SEÑOR, tengo tantos enemigos!
    Hay mucha gente que me ataca.
Muchos hablan de mí y dicen:
    «Dios no lo salvará». Selah

Pero tú, SEÑOR, eres mi escudo.
    Tú me honras y me animas.[d]
Te pido ayuda SEÑOR,
    y me respondes desde tu monte santo. Selah

Me voy a dormir tranquilo y sé que despertaré,
    porque el SEÑOR me protege.
Por eso no me asustaré
    aunque miles me rodeen para atacarme.

¡Levántate, SEÑOR!
    Dios mío, ven y rescátame.
Ojalá les dieras una bofetada a mis enemigos
    y les rompieras los dientes a los perversos.

SEÑOR, tú nos das la victoria,
    envía bendición sobre tu pueblo. Selah

Hechos 17:1-15

Pablo y Silas en Tesalónica

17 Después de que Pablo y Silas viajaron por las ciudades de Anfípolis y Apolonia, llegaron a Tesalónica, donde había una sinagoga judía. Pablo fue a la sinagoga para ver a los judíos, como era su costumbre. Durante tres sábados, Pablo discutió con ellos acerca de las Escrituras. Les explicó que las Escrituras demostraban que el Mesías tenía que morir y después resucitar. Les decía: «El Mesías es este Jesús, del que les hablo». Algunos de los judíos fueron convencidos y se unieron a Pablo y a Silas junto con muchos griegos. También se les unieron muchas mujeres importantes.

Pero los judíos que no creían sintieron envidia y contrataron en la calle a unos delincuentes que formaron un grupo y provocaron un alboroto en la ciudad. Asaltaron la casa de Jasón buscando a Pablo y a Silas para llevarlos ante la asamblea popular. Como no los encontraron, arrastraron a Jasón y a otros creyentes y los llevaron ante las autoridades de la ciudad. Toda la gente gritaba: «¡Estos hombres han causado problemas en todo el mundo y ahora han venido a causar problemas aquí! Se hospedan en casa de Jasón y hacen todo lo que está en contra de los decretos del emperador, diciendo que hay otro rey llamado Jesús». Al oír esto, la multitud y las autoridades de la ciudad se inquietaron mucho. Hicieron que Jasón y los demás creyentes pagaran una multa, y los soltaron.

Pablo y Silas en Berea

10 Esa misma noche, los creyentes enviaron a Pablo y a Silas a la ciudad de Berea. Cuando llegaron allí, fueron a la sinagoga judía. 11 Los de Berea eran más receptivos que los de Tesalónica y estuvieron más dispuestos a escuchar a Pablo y a Silas. Estudiaban las Escrituras todos los días porque querían saber si era verdad lo que Pablo y Silas decían. 12 Entonces muchos de los judíos creyeron y también muchas mujeres griegas importantes y sus esposos. 13 Pero cuando los judíos de Tesalónica supieron que Pablo estaba también en Berea, anunciando el mensaje de Dios, fueron también allí a alborotar a la gente y a causar problemas. 14 Pero los hermanos, actuando con rapidez, enviaron a Pablo a la costa, mientras que Silas y Timoteo se quedaron en Berea. 15 Los que acompañaron a Pablo, lo llevaron a la ciudad de Atenas. Estos hermanos volvieron con instrucciones de Pablo para que Silas y Timoteo fueran lo más pronto posible a donde él estaba.

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