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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
Salmos 29-30

¡Alaben al Señor!

Canción de David.

Ustedes los seres celestiales[a], alaben al SEÑOR.
    Ríndanle honor al SEÑOR y proclamen su poder.
Denle al SEÑOR las alabanzas que merece su glorioso nombre.
    Adoren al SEÑOR en su templo majestuoso.

La voz del SEÑOR retumba en los mares;
    el Dios glorioso resuena sobre el océano;
    el SEÑOR está por encima de las muchas aguas.
La voz del SEÑOR muestra su poder;
    la voz del SEÑOR muestra su gloria.
La voz del SEÑOR rompe los cedros;
    el SEÑOR rompe los cedros del Líbano.
Él mueve las montañas más grandes:
    al Líbano lo hace saltar como un becerro,
    al Sirión[b] lo hace saltar como un toro salvaje.
La voz del SEÑOR hace brillar relámpagos brillantes;
    la voz del SEÑOR hace temblar al desierto;
    la voz del SEÑOR hace temblar al desierto de Cades[c].
La voz del SEÑOR hace vibrar a los árboles más fuertes
    y sacude las hojas de todos los árboles del bosque.
    En su templo todo el mundo alaba su gloria.

10 El SEÑOR reina sobre el diluvio;
    el SEÑOR se sienta en su trono a reinar para siempre.
11 Que el SEÑOR proteja a su pueblo
    y lo bendiga el SEÑOR brindándole paz.

Siempre te alabaré

Canto para la dedicación del templo. Canción de David.

SEÑOR, yo te alabo porque tú me sacaste del peligro
    y no les diste motivo a mis enemigos de alegrarse con mi desgracia.
SEÑOR Dios mío, clamé por tu ayuda
    y tú me sanaste.
SEÑOR, tú me sacaste del lugar de la muerte[d];
    estaba al borde de la tumba y me diste vida.

Que cante al SEÑOR todo su pueblo fiel
    y honre su sagrado nombre.
Porque su enojo dura sólo por un momento,
    pero luego su favor sigue dando vida.
Por la noche hubo llanto,
    pero al amanecer hubo canto.

Yo pensaba, muy seguro,
    que nada podía vencerme.
Mientras me mostraste tu bondad
    me sentía invencible,[e] SEÑOR.
Pero cuando te alejaste de mí,
    me invadió el miedo.

SEÑOR, entonces te pedí ayuda;
    imploré tu compasión, Señor.
¿De qué serviría que yo muriera,
    que descienda al sepulcro?
El polvo no puede alabarte
    ni puede hablarle a otros de tu bondad.
10 SEÑOR, escucha mi oración y muéstrame tu compasión.
    ¡Ayúdame, SEÑOR!

11 Entonces tú cambiaste mi tristeza en baile.
    Me quitaste el luto y me vestiste de alegría.
12 Que todo mi ser te alabe,
    te alabaré por siempre, SEÑOR.

Hechos 23:1-15

23 Pablo fijó la mirada en los asistentes a la reunión del Consejo y dijo:

—Hermanos, he vivido toda mi vida ante Dios como ciudadano de bien, con mi conciencia limpia.

Entonces Ananías[a], el sumo sacerdote, les ordenó a los que estaban allí cerca de Pablo, que lo golpearan en la boca. Entonces Pablo le dijo a Ananías:

—Dios lo golpeará también a usted, porque usted es como una pared sucia que ha sido blanqueada. Se sienta allí y me juzga según la ley, pero les dice que me golpeen y eso es contra la ley.

Los que estaban cerca de Pablo le dijeron:

—Estás insultando al sumo sacerdote de Dios.

(A)Pablo dijo:

—Hermanos, yo no sabía que este hombre era el sumo sacerdote. Está escrito: “No hables mal del líder de tu pueblo”.[b]

Cuando Pablo se dio cuenta de que algunos hombres que estaban en la reunión eran saduceos y otros eran fariseos, gritó:

—Hermanos, soy un fariseo, hijo de un fariseo. Estoy en juicio porque creo en la resurrección de los muertos.

Cuando Pablo dijo esto, hubo una discusión muy fuerte entre los saduceos y los fariseos. El Consejo se dividió. Los saduceos creen que no hay vida después de la muerte, y que no hay ángeles ni espíritus, pero los fariseos sí creen en todo eso. Se produjo una fuerte discusión entre los judíos. Algunos maestros de la ley que eran fariseos se pusieron de pie y dijeron:

—No encontramos nada de malo en este hombre. A lo mejor un ángel o un espíritu le habló.

10 La discusión se convirtió en una pelea. El comandante del ejército tuvo temor de que hicieran pedazos a Pablo. Entonces les ordenó a los soldados que bajaran, que sacaran a Pablo de allí y que se lo llevaran al cuartel.

11 A la noche siguiente, el Señor se le apareció a Pablo y le dijo: «¡Sé valiente! Tú has dado testimonio acerca de mí en Jerusalén y tendrás que ir también a Roma a hacer lo mismo».

Planean matar a Pablo

12 A la mañana siguiente algunos judíos hicieron un plan y se comprometieron entre ellos a no comer ni beber nada hasta no haber matado a Pablo. 13 Eran más de 40 los que se comprometieron a esto. 14 Ellos fueron y hablaron con los jefes de los sacerdotes y los ancianos líderes y les dijeron:

—Hemos hecho el compromiso entre nosotros de no comer ni beber nada hasta no haber matado a Pablo. 15 Esto es lo que queremos que ustedes hagan: envíen un mensaje de parte de ustedes y del Consejo, en el que le pidan al comandante del ejército que traiga a Pablo ante ustedes para hacerle más preguntas. Nosotros estaremos esperando a Pablo para matarlo en el camino.

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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